AI First, Human First… ¿o Human First AI? Una mirada más profunda para quienes diseñan el futuro organizacional
En su columna “AI First vs Human First: la batalla invisible por el alma del futuro”, Mariana Godoy Goette plantea una tensión que considero no solo pertinente, sino urgente para quienes hoy tienen la responsabilidad de guiar estrategias de adopción de tecnologías e inteligencia artificial. No estamos ante un debate accesorio: estamos ante la redefinición misma de cómo pensamos, diseñamos y gobernamos nuestras organizaciones.
El enfoque "AI First" creció en popularidad cuando Sundar Pichai anunció que Google pasaba de ser una compañía "Mobile First" a una "AI First". Su mensaje fue que a partir de ahora, todo se concibe desde la inteligencia artificial como tecnología fundacional. Los productos, los procesos y las decisiones se diseñan con IA desde el origen, no como un agregado posterior.
Por otro lado, el paradigma "Human First" tiene una historia mucho más larga y profunda. Sus raíces se remontan al diseño centrado en las personas de los años ochenta, atraviesan el humanismo digital, se fortalecen con el concepto de "Human in the Loop" y hoy se revitalizan con los debates contemporáneos de ética tecnológica. Su pregunta esencial es siempre la misma:
¿Qué impacto tiene esto en las personas y qué capacidades humanas queremos preservar o potenciar?"
Human First propone que la tecnología sea un "medio" para servir el propósito humano, no un reemplazo acelerado ni una imitación sin crítica.
Y aquí quiero detenerme. Porque este no es un debate menor: Microsoft, Google, OpenAI y otros líderes globales de IA están revisando activamente sus principios de responsabilidad, ética y seguridad. Incluso quienes empujan la frontera tecnológica están reconociendo que la pregunta por lo humano debe estar en el centro.
Pero propongo no caer en la trampa de pensar que se trata de una dicotomía. La tecnología siempre fue un instrumento. Nunca fue el fin. Por eso me gusta hablar de "Human First AI: una inteligencia artificial diseñada y gobernada para potenciar lo humano, no para subordinarlo.
De hecho, esta mirada se conecta naturalmente con la idea de "Inteligencia Aumentada", sobre la cual escribí en otro post. La IA no nos sustituye: nos expande. Amplifica nuestra capacidad para ver, comprender, decidir y crear valor.
Ahora bien, quiero ampliar aún más la lente. Porque si estamos de acuerdo en que debemos priorizar a las personas en el diseño y uso de la IA… ¿no deberíamos aplicar esta misma lógica al resto de la organización? ¿Tiene sentido exigir que la IA sea ética, inclusiva y humana… mientras nuestras estructuras, procesos y reglas internas siguen respondiendo a lógicas que deshumanizan?
Invito a cambiar de pregunta. Invito a reemplazar “IA” por otros elementos organizacionales y ver qué ocurre:
- ¿La estructura organizacional respeta la dignidad de las personas?
- ¿Fomenta justicia o reproduce inequidad?
- ¿Promueve la participación y la colaboracion, o el asilamiento y exclución de voces?
- ¿Los procesos de gestión de personas ayudan a que seamos más humanos y autónomos, o más obedientes?
- ¿Promueven diversidad e inclusión… o las neutralizan bajo capas de burocracia?
Porque no todo lo que vemos es tecnología digital.
También existen tecnologías sociales que gobiernan nuestra vida laboral desde hace más de un siglo: jerarquías rígidas, silos, incentivos individuales, presupuestos anuales, control, capas de aprobación, métricas que degradan a las personas a números. Estas tecnologías sociales —muy anteriores a la IA— muchas veces atentan contra los principios que decimos querer defender: dignidad, justicia, autonomía, propósito, colaboración. Promueven otra cosa: la eficiencia mal entendida, la rentabilidad como único norte, el ego, la competencia interna, la acumulación de poder.
Por eso creo que los debates éticos y morales que emergen gracias a la IA son una gran oportunidad.
Una oportunidad para ampliar la conversación hacia los aspectos estructurales y operativos de las organizaciones que también pueden vulnerar o promover los valores de la humanidad.
- Si vamos a repensarlo todo, que sea en serio.
- Si vamos a exigirle ética a la IA, exijámosle ética también a nuestras estructuras.
- Si queremos IA al servicio de lo humano, necesitamos organizaciones al servicio de lo humano.
Y ese, me parece, es el verdadero desafío del momento.
Me interesa abrir esta conversación con quienes realmente están pensando el futuro de sus organizaciones.
- ¿Qué elementos de tu estructura, cultura o procesos creés que necesitan una revisión “Human First”?
- ¿Dónde ves hoy las mayores tensiones entre eficiencia y humanidad?
Inspiración: https://www.infobae.com/opinion/2025/12/05/ai-first-vs-human-first-la-batalla-invisible-por-el-alma-del-futuro/

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