La visión de un líder de 84 años sobre crecimiento, personas y perseverancia

La semana pasada participé en un encuentro con líderes empresariales donde escuché a Erich Zwiener, fundador de Sotic, una empresa industrial argentina que pasó de ser un taller pequeño a competir con multinacionales.

A sus 84 años, Erich mantiene la energía, la curiosidad y el humor de un joven, sumados a la sabiduría de una vida entera liderando personas y organizaciones. Su charla dejó aprendizajes muy valiosos para quienes buscamos construir organizaciones adaptativas, humanas y sostenibles.

Liderazgo empresarial basado en aprendizaje y confianza

Uno de los conceptos más potentes que compartió fue su visión sobre el error como aprendizaje:

“Equivóquense, porque eso es aprendizaje. Pero no me fundan la empresa”.

Este enfoque conecta directamente con modelos de organización ágil y con principios del organizaciones adaptativas, donde se promueve la autonomía responsable y la mejora continua.

Claves de su cultura organizacional

Durante la charla, Erich compartió convicciones que resumen una forma distinta de liderar:

  • Actitud por encima del IQ: para él, las empresas son “escuelas” donde lo más importante es el deseo de aprender. Siempre buscó rodearse de personas más inteligentes.
  • Determinación y perseverancia: asegura que su principal fortaleza no fue el coeficiente intelectual, sino la constancia diaria.
  • Crecimiento constante: “El que no crece, decrece”. Por eso siempre invirtió con visión de futuro, incluso construyendo galpones “de más” para habilitar nuevas ideas.
  • Pasión por el trabajo: considera que el lunes es el mejor día de la semana, porque la empresa debe ser un lugar donde se disfruten las nueve horas que se pasan allí.
  • Orientación al cliente real: en lugar de enfocarse en la facturación, mide su éxito en toneladas procesadas y en la calidad de la atención.
  • Humildad frente al éxito: atribuye gran parte de su camino a la suerte, mostrando un liderazgo alejado del ego.
  • Mejora continua (Kaizen): desde 2016 aplica esta filosofía para optimizar procesos y desprenderse de lo innecesario.

Un puente con las organizaciones beta

Escucharlo fue como ver en acción muchos de los principios de organizaciones adaptativas:

  • Autonomía en lugar de control.
  • Aprender de los errores en lugar de castigarlos.
  • Confianza en las personas en lugar de jerarquías rígidas.
  • Organizaciones vivas y adaptativas en lugar de sistemas estáticos.

Estos principios hacen que las empresas sean más resilientes frente a la complejidad, más atractivas para el talento y más sostenibles a largo plazo.

Nunca es tarde para crecer

Lo más inspirador de su historia es que gran parte de los grandes logros de Sotic llegaron después de los 50 años. Un recordatorio de que siempre hay espacio para aprender, crecer y transformar, tanto a nivel personal como organizacional.

La anécdota que lo resume todo

Al terminar su charla me acerqué a saludarlo. Conversamos unos minutos sobre sistemas, personas e incluso sobre inteligencia artificial. Me sorprendió su curiosidad y frescura para conectar lo técnico con lo humano.

Antes de irme le pedí una foto. Él sonrió y me dijo:

“No seas cholulo”.

La saqué igual. Y para mí no fue "cholulaje", sino un símbolo de admiración y gratitud. Un recordatorio de lo que significa liderar con humildad, perseverancia y pasión.

Reflexión final

El testimonio de Erich Zwiener es un ejemplo de liderazgo empresarial humano, basado en la confianza y la mejora continua. Un modelo que conecta con la visión de las organizaciones beta: estructuras más horizontales, orientadas al aprendizaje y al propósito.

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