En las organizaciones, hay algo que ningún competidor puede copiar: los vínculos de confianza que existen entre las personas.
Podés igualar un producto, replicar un proceso o hasta mejorar un servicio.
Pero cuando las personas dentro de un equipo se conocen más allá del rol, se genera una conexión real que impacta todo: la cultura, la colaboración, el clima… y sí, también la experiencia del cliente.
Eso no se logra con una mesa de ping pong ni con afters.
Y tampoco debería confundirse con “beneficios” o perks.
La conexión humana es una condición para equipos de alta performance.
Y en tiempos de trabajo remoto o híbrido, es más importante que nunca crear espacios para cultivarla.
¿Tu equipo tiene espacios donde las personas se conectan de verdad?
¿Qué prácticas viste que realmente funcionan?
👉 Porque cuando hablamos de transformación organizacional, la verdadera transformación empieza por dentro: en cómo nos vinculamos, cómo nos escuchamos y cómo trabajamos juntos. Eso no se terceriza. Se construye todos los días.
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