Tuve el privilegio de asistir a una conferencia de Julio Lamas en Universidad Nacional de Rafaela. Julio es un entrenador histórico de la selección Argentina de básquet, y de varios clubes con los que consiguió múltiples campeonatos. Me quedó muy claro que los principios del alto rendimiento no solo sirven en el deporte, sino que son fundamentales para las organizaciones que buscan crecer y adaptarse a un mundo en constante cambio.
Lo que compartió Julio resuena fuertemente con los valores que aplico en las consultorías de transformación organizacional. A continuación, quiero compartir algunos puntos clave que son totalmente aplicables a las empresas:
- Autoliderazgo y autonomía: Los líderes deben dar las herramientas necesarias para que los equipos se autogestionen. No se trata solo de dar instrucciones, sino de empoderar a los miembros para que tomen decisiones por sí mismos.
- Adaptación al cambio: La capacidad de adaptarse al cambio vale más que la experiencia misma. Las empresas que logran adaptarse rápidamente son las que marcan la diferencia.
- Colaboración y confianza: Un equipo de alto rendimiento no trabaja para el ego, sino para el éxito colectivo. La confianza se construye cada día, y cada miembro del equipo es clave en ese proceso.
- Gestión emocional: El liderazgo auténtico está basado en la gestión emocional tanto personal como del equipo, lo cual es esencial para mantener un entorno de trabajo saludable y productivo.
- El pacto fundamental: El compromiso es con el equipo, no con el entrenador. Es vital trabajar para el bien común, apoyarse mutuamente y crecer juntos. Sin un equipo unido, no importa lo lejos que lleguemos como individuos.
- Mejora continua: El alto rendimiento se construye sobre buenos hábitos y mejora constante. Como en el deporte, las organizaciones deben estar comprometidas a dar lo mejor de sí cada día, prestando atención a todos los detalles, aprendiendo constantemente y adaptándose sin excusas. 💪
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